Los miedos pueden frenarte para tener el trabajo que soñás. Quizá en este momento sentís que esos miedos son los culpables por no animarte a hacer lo que realmente deseas. Esto genera tal frustración que hasta los evitas o preferís taparlos con otras excusas.
Sin embargo, estoy convencida que te puede resultar útil encontrar tu propia manera de amigarte con tus miedos. Son señales tan poderosas, que pueden revelar mucho sobre aspectos de tu ser sobre los cuales podés aprender y usarlos como herramientas para potenciarte aún más.
Trabajar tus miedos es una oportunidad para revisar tu manera de pensar e identificar qué creencias cargas por años.Con las herramientas indicadas, tus miedos pueden mostrarte cuáles son esos pensamientos y creencias que te están limitando para crear la vida profesional que querés.
Al reconocerlos podrás gestionarlos y evitar que te alejen de tus objetivos profesionales.Te puedo asegurar que hacer este trabajo interno te devuelve el poder para tomar la riendas de tu vida.
Hay diferentes tipos e intensidades de miedos. También diferentes maneras de nombrarlos porque muchas veces justamente queremos evitar sentir miedo y ni siquiera los llamamos por su nombre.
Reconocer tus miedos y darles un espacio para comprenderlos es tu primer paso para gestionarlos. Por eso hoy quiero hablarte de tres tipos de miedos que suelen estar presentes cuando nos proponemos hacer un cambio profesional.
Miedo al cambio: “¿y si esto no es realmente lo que estoy buscando?”
Si en este momento querés cambiar tu vida profesional, seguramente te resulta fácil identificar lo que ya no querés vivir. Quizá las tareas que haces te resultan agobiantes, te sentís estresada, el ambiente en el que trabajas te saca la energía o estás aburrida que hasta te quedaste sin motivación para seguir creciendo.
Más allá del cuál sea el motivo, tenés en claro qué no querés y sabés que deseas “algo nuevo”. Pero justamente eso nuevo abre la puerta a lo desconocido. Por ejemplo, conocer nuevas personas, darte cuenta que tu profesión no te gusta o nuevas responsabilidades.
En ese momento lo desconocido, que al principio sonaba entusiasmante (porque te saca de una situación en la que ya no querés estar), empieza a generarte dudas e incertidumbre sobre cómo cambiará tu vida. Te resulta fácil imaginar todos los escenarios posibles en los que las cosas no salen como esperas.
Esos pensamientos y, cómo te sentís cuando pensas en todo lo negativo que te puede pasar, te paraliza. Ya te hace dudar cuál es la mejor decisión y hasta te puede llevar a convencerte que en realidad no estás tan mal donde estás.
Cuando estás inmersa en este miedo al cambio, ya no estás segura que vale la pena el esfuerzo y la dedicación que tenes que dedicarle al cambio profesional que te propusiste.
El primer paso es ser consciente y darle espacio a ese miedo. Al final del artículo te cuento mi recomendaciones para hacerlo.
Miedo a fracasar : “¿y si no soy lo suficientemente buena?”
Muchas veces a pesar que tengas en claro qué querés hacer y estés motivada para lograrlo, en tu mente seguís escuchando esa voz interna que te dice “¿y si me sale mal?”……
Y ese momento de duda es fatal, porque de ahí pueden surgir varios pensamientos más: “¿y cómo me van a ver?,¿qué van a decir?, otra vez me voy a equivocar, no sirvo para esto, mejor me quedo donde estoy” etc etc
Este artículo te comparto 3 estrategias para enfrentar este tipo de miedo.
Lo importante es que sepas que no podés hacer un cambio radicalmente positivo tu vida si no asumís que está la posibilidad de fracasar. Y que esa palabra, a pesar que nos enseñaron a esquivarla y hacer todo lo posible para evitarla, no solo es tu aliada sino también es una señal que estás haciendo algo por el cambio que querés.
Amigarse con el fracaso es un proceso de actuar, aprender, perfeccionar, actuar, aprender y perfeccionar. Esta es una de las claves para avanzar hacia tus objetivos y diseñar tu vida en tus propios términos.
Miedo al rechazo: “¿y qué van a pensar si lo hago?”
En esta parte me gustaría hablarte sobre el peso de las opiniones de los demás sobre las decisiones en tu vida profesional. Es muy común autoimponerse límites al suponer qué van a pensar de vos si hacés “X” cosas o si estarás a la altura de lo que esperan de vos.
Este miedo tiene que ver con buscar la aprobación de otros. Estás esperando que alguien valide que la opción que elegís es la correcta.
Querés tener certeza que la decisión que vas a tomar no perjudica a nadie y sobretodo que es una decisión en la que encontrarás la aceptación y el amor de otros.
Esto es normal porque da miedo no ser aceptada, que no ser queridas o sentir que no somos suficientes para otros.
En las decisiones de carrera este miedo aparece frecuentemente. Quiero contarte el ejemplo de una chica que elige estudiar una carrera. Hacia mitad y fines de la carrera va notando que no está tan enganchada. En el fondo de su ser, sabe que esa carrera no es para ella. Pero bueno ya le falta muy poco para recibirse y piensa que lograr su título es lo que todos esperan de ella. Siente que es su “deber” ser y, en definitiva, lo termina haciendo. Esa carrera define su trabajo actual en el que se siente apagada y piensa todos los días en renunciar.
En su tiempo libre empieza a descubrir lo que realmente le apasiona. Disfruta cocinar recetas saludables. Le encanta encontrar y probar nuevas recetas. Sueña con poder pasar más tiempo dedicándose a eso pero en ese momento surgen las dudas sobre ¿cómo va cambiar así de carrera? ¿cómo empieza con algo que no tiene nada que ver a lo que ella hizo hasta el momento?
Este es uno de los ejemplos cuando se quiere una reinvención profesional y hacerlo también implica exponerse a la opinión de otros. A las posibles preguntas que dicen algo así como “pero si vos estudiaste X? ¿ ahora vas cocinar?”
Justamente darle importancia a la mirada de otra persona significa autocargarnos una mochila en el camino hacia el cambio que querés. Esa mirada, a la que le damos validación, hace más difícil seguir avanzando hacia lo que realmente querés.
Ahora te pregunto, ¿cuántas decisiones de tu vida profesional tomaste para cumplir las expectativas de otros?¿crees que es momento que la mirada del otro deje de alejarte de lo que deseas en tu vida profesional?
Las dudas que tienen otras personas sobre tus decisiones profesionales pueden contangiarte si y sólo si no estás lo suficientemente segura y con confianza en lo que querés alcanzar y en tus capacidades para lograrlo.
Por eso es importante tener claridad sobre qué cambios querés concretar y contar con confianza en tus talentos y fortalezas. Cuando estás en esa posición, tenés más recursos para diferenciar esas opiniones de otros (que a veces hasta ni solicitas). Opiniones que hablan más de ellos mismos que de vos. Teniendo certeza de tus fortalezas podés poner límite entre lo que le pertenece al otro y no a vos. En esta situación te parás firme hacia lo que sabés te hará bien y que está alineado con lo que querés para tu vida.
NOTA: Tus miedos es uno de los temas que trabajamos juntas en mi programa de sesiones. Podés ver más información aquí.
¿Cómo superar los miedos?
Mi primera recomendación es que dediques tiempo de introspección para conocerte más. Darte ese espacios para identificar cuáles son las excusas que más te decís para posponer el cambio que querés y preguntarte, si en realidad algunos de estos miedos te están frenando.
También es ideal que cuentes con las herramientas indicadas y, si es necesario, un acompañamiento de la manera que te mejor te funcione.
La segunda recomendación que quiero decirte es que frente a estos miedos es importante que trabajes tu confianza y seguridad en tus talentos, tus virtudes y tu potencial. Cuando estás segura de quién sos realmente dejás de definirte en función del conocimiento que tengas o de tus logros.
Definirnos a partir de eso genera más resistencia a atravesar estos cambios. La consciencia de tus fortalezas junto con la claridad de lo que querés vivir de manera profesional te dará el impulso y los recursos necesarios para gestionar estos miedos.
Y, por último, es fundamental que tus deseos de gestionar tus miedos se reflejen en tus compromisos. Encontrar tu manera de determinar acciones concretas con respecto a este tema. Por ejemplo, dedicarle más tiempo a escribir qué pensas sobre esto, empezar una terapia, coaching o cualquier otra técnica que te sirva para darte un espacio para que esos miedos no te alejen de vivir de la manera que soñás.
Hay frase que dice que todo lo que deseas está del otro lado del miedo. Si querés dejame tu comentario si alguno de estos miedos te están alejando de un trabajo que te apasione!
Espero que te sirva esta información y que te comprometas a gestionar tus miedos para crear la vida que soñas!
Un beso,
Tami
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